S. W. Ming
Cunduacán, Tabasco a 31 de mayo de 2021
¿Mamá?
Yo misma era una niña cuando empecé a hacerme cargo de la crianza de mi hermana, pero supongo que dejaste de verme como una niña para verme como un soporte. Quiero ayudarte, mamá, lo digo en serio, pero aún te molestas conmigo por hacer cosas mal, ¿cómo se supone que le enseñe a alguien más? No es como cuidar mis cosas o mantener limpia la casa. Se trata de un ser humano. Si no hago algo bien puede lastimar a otros, puede salir lastimada ella misma, puede… yo no debería de preocuparme por eso, no todavía. ¡Bah!, ni siquiera sé si quiero preocuparme por ello algún día.
Perdón por culparte, sé que no eres tú. O al menos no sólo tú. Claro que no es tu culpa, pero no puedo evitar sentirme así. No debería ser yo. No deberíamos ser nosotras. Somos cinco personas en esta familia, pero parece que sólo somos tres. ¿Qué hay de él? No me parece justo, y lo es aun menos cuando lo escucho quejarse de la forma en que hacemos las cosas. Los cuatro trabajamos, ¿por qué él sí puede descansar y nosotras no?
En fin, no tiene caso ni pensarlo, ¿verdad? No te diré nada ni tú a él. Seguiremos haciendo su trabajo como si fuera el nuestro porque así los educaron, ¿no? Sólo me queda prometerte y prometerme a mí que ya no será así para las que vengan después.
Tu hija.
LA AUTORA
S. W. Ming creció en una pequeña ciudad del estado de Tabasco donde hay más baches que libros, pero eso permitió que hubiera más espacio para los de ella. Tiene tan poca experiencia como una joven de 19 años y sin embargo está tan cansada como alguien de 90. Sueña más alto de lo que puede volar pero es demasiado entusiasta como para que le importe. Más lectora que escritora.